Lo que cuenta de verdad

Estos días estoy en medio de una portabilidad de mi línea de teléfono móvil, de Movistar a Tuenti Móvil. Y curiosamente Movistar me ha sorprendido gratamente con sus nuevos planes Movistar Fusión, considero que no está nada mal aunar todos los servicios en una única factura. Confieso que es atractivo. Pero aún así no dudo en cambiar a otra operadora. ¿Por qué? Fácil. Esta es la actitud de Movistar al iniciar la portabilidad:

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El 224472 es el número con el que te quieren hacer una contraoferta con tal de que anules la portabilidad, si lo buscáis en Google comprobaréis enseguida lo harta que está la gente tanto del número como de las contraofertas y de lo pobremente ejecutado de todo el procedimiento. Me irrita especialmente el texto del mensaje, que informa como si el llamar fuese un paso obligado para saber «el estado de la portabilidad» cuando su única intención es publicitarte ofertas.

Entro en el panel de cliente de Tuenti Móvil y adivinad qué es lo que me encuentro:

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¿De verdad cuesta tanto entenderlo? Es así se simple: sólo por su servicio de atención al cliente no voy a querer oír ni una palabra de Movistar ni ahora ni en mucho tiempo. Pueden tener ofertas y nuevos planes y el iPhone 5 a cuatro euros mal contados, pero sólo para poder decir que no tengo que sufrir ni las pésimas gestiones del 1004 ni la abismal falta de comunicación entre sus propias plataformas de soporte prefiero gastarme incluso más dinero en mi conexión de datos móviles y mi línea. Que no va a ser el caso, porque en Tuenti pagaré un tercio de lo que pagaba hasta ahora.

Tanto comercial de gomina y corbata para esto. Para triquiñuelas y chantajes. Es bastante patético, y no todos los clientes son tan tontos como para caer en su juego.

Cinco puntos que todo escritor/blogger debería tener en cuenta

1. Always try to use the language so as to make quite clear what you mean and make sure your sentence couldn’t mean anything else.

2. Always prefer the plain direct word to the long, vague one. Don’t implement promises, but keep them.

3. Never use abstract nouns when concrete ones will do. If you mean «More people died» don’t say «Mortality rose.»

4. In writing. Don’t use adjectives which merely tell us how you want us to feel about the thing you are describing. I mean, instead of telling us a thing was «terrible,» describe it so that we’ll be terrified. Don’t say it was «delightful»; make us say «delightful» when we’ve read the description. You see, all those words (horrifying, wonderful, hideous, exquisite) are only like saying to your readers, «Please will you do my job for me.»

5. Don’t use words too big for the subject. Don’t say «infinitely» when you mean «very»; otherwise you’ll have no word left when you want to talk about something really infinite.

Brillantes puntos de C.S. Lewis que valen tanto para el que esté escribiendo ficción como para el que necesite transmitir sensaciones en algún blog personal o comercial. A tener muy en cuenta.

Biofreak

Desde que me independicé por segunda y definitiva vez siempre he llevado por delante el estandarte de no caer en comprar siempre primeras marcas. Si algo está bueno, independientemente de su marca, se compra. Si algo está malo, independientemente de su marca, no se compra y se van probando alternativas. Y como supongo que pasa con el grueso de la población, eso termina en abrazar marcas blancas como Hacendado en Mercadona. La sociedad lo ha notado, con esos anuncios completamente sinvergüenzas de algunas primeras marcas poniendo en duda la calidad e incluso la legalidad de las marcas blancas. No vaya ser que el ganado se dé cuenta de que se puede comer bien gastando menos dinero, vamos a poner ahí un buen factor social que haga que se sientan mal en cuanto compren un paquete de azúcar Carrefour Discount. Que escondan el paquete al fondo del armario, que no sea que algún invitado lo vea. Menuda humillación.

Pero la llegada de Almudena a la #incredihouse ha hecho que eso cambie: sus hábitos de compra incluyen, ante todo, priorizar los productos de agricultura ecológica. Tuve que escuchar muy pocos argumentos para convencerme, y por suerte Carrefour tiene una línea de productos ecológicos muy cerca de casa. La idea, por supuesto, es que al mismo tiempo que ganamos en calidad con los alimentos sabemos que estamos ayudando a que el impacto medioambiental sea el mínimo: fuera químicos nocivos, fuera alimentos genéticamente modificados… son alimentos que crecen con métodos respetuosos con el planeta y además dejan la tierra fértil. Y si hay algo que no se pueda comprar con agricultura ecológica, se intenta que sea lo más natural posible.

El principal inconveniente es el precio: un saco de azúcar pasa de no llegar al euro a costar tres. ¿Una simple base de pizza margarita congelada? Más de tres euros. Un pote de aceitunas: casi dos euros. Un paquete de café molido roza los tres euros. Una caja de cuatro hamburguesas de vacuno congelada: cerca de cinco euros. Una bolsa de salteado de verduras: cuatro euros. Medio kilo de macarrones: euro y pico. Podría engrosar este párrafo con muchísimos más precios.

Pero a cambio consigues cosas como montarte una pizza casera y descubrir que es la mejor que te has comido en mucho tiempo. Ver que cuando compras aceitunas algunas veces son más grandes y otras más pequeñas, dependiendo de cómo hayan crecido (¿O creíais que todas las aceitunas salen con exactamente las mismas dimensiones sin que haya que hacer nada?). Coger una lata de tomate y que en la lista de ingredientes ponga: tomate. Ver la lista de otras marcas y echarte las manos en la cabeza. Que alguien me diga, si puede, cuál fue la última vez que compró carne en un súper en cuya lista de ingredientes no aparezca fécula de patata.

Almudena me llama Biofreak viendo el cambio en mis hábitos, pero creo que cambiar de esta forma es algo que se hace incluso por inercia. Cuesta tanto o incluso un poco más que comprar primeras marcas, pero comes muchísimo mejor y al mismo tiempo le estás diciendo a la industria que sencillamente no te sale de las narices comer químicas y alimentos modificados, cosa que se ha convertido en un estándar sin que nadie se dé cuenta.

Siempre que vamos al super y escogemos entre marcas buscamos calidad. Pero en el fondo, cuando compramos alguna primera marca, la calidad nos la suda completamente. Cuando compras una primera marca te regodeas en que estás comprando esa marca. Esto es así. Punto. Compro el puré Maggi y el champú Sanex porque soy sofisticado, pero no tengo ni la menor idea de qué llevan. Pero eh, es Maggi. O Sanex. O cualquier otra primera marca. Si realmente buscásemos calidad antes que ver la marca leeríamos la lista de ingredientes. Y comparar las listas de esas primeras marcas con las de cualquier marca de alimento ecológico hace que tomar una decisión no sea muy difícil.

Si tienes la suerte (porque en los días que corren, sí, es tener suerte) de poder permitírtelo y tienes algún comercio cerca que venda productos ecológicos, yo lo consideraría.

¿Para cuando un Hacendado Bio, Mercadona?

Imagen sacada de este vídeo.

Cambiar de Mac en una era Post-PC

MacBook Air Apple iPad 2

Aún recuerdo hablar acerca del cambio que hice hará unos tres años, cuando pasé de tener un iMac y un MacBook a tener un MacBook Pro de 15 pulgadas que movía a todos los sitios y me servía como ordenador principal con la ayuda de un monitor Dell de 23 pulgadas fijo en mi mesa de trabajo. Aún sigo así, y este 2012 augura renovar de nuevo. Parece que lo mío son ciclos de tres años.

Es curioso, pero tras defender el sistema de un único Mac para todo ahora vuelvo a ir en dirección hacia un ordenador para cada tarea. Con la emancipación de hace un año y medio cayeron un Mac mini para la TV del salón y un MacBook Air para llevarme a los eventos de prensa y no castigar tanto la espalda con el MacBook Pro (aprendí la lección tras cargar con él cuatro días seguidos en el Mobile World Congress del 2011, este año con el Air ha sido una delicia). Así que el MacBook Pro se quedó fijo en casa, permanentemente enchufado a la corriente y al monitor. La batería se fue a tomar por culo, y lo que antes era una buena solución ahora es un apaño que permanentemente ocupa demasiado sitio en la mesa. Ahora que iCloud funciona en todos los dispositivos y no hay que hacer nada para sincronizar datos, tener más de un Mac ya no es el engorro que suponía antes.

Y este año toca cambiar el Mac principal. Y tengo un dinerillo ahorrado. La elección obvia es un iMac de 27 pulgadas, con su gráfica pepino y su tarjeta gráfica para mover lo que sea. Y hasta hace poco estaba convencido de que en cuanto los nuevos iMac saliesen al mercado iba a sacar la tarjeta de débito como loco para hacerme con uno. Pero estamos en la era Post-PC, y el nuevo iPad junto con los rumores de estos días están haciendo que me repiense las cosas un poco.

Pronto caerá mi primer iPad, y la idea es exprimirlo tanto como pueda. Lector de libros y cómics (espero que en Koomic hayan pensado en adaptar su catálogo a la pantalla retina del nuevo tablet), pseudo-consola (es de burros no admitir que iOS ha hecho ya mucho daño a Sony o Nintendo), e incluso un dispositivo que me asista en la mesa mientras trabaje, colocado con un stand para que pueda consultar cosas. Durante unos días incluso estuve pensando en coger simplemente otro MacBook Pro cuando salgan nuevos modelos con esa supuesta pantalla retina y simplificar mi mesa de trabajo al máximo trabajando con la pantalla del portátil y la del iPad.

Estuve probando este modelo aprovechando el iPad 2 de mi madre y mi MacBook Air de 11 pulgadas, y la verdad es que el el modo de trabajar no está nada mal. Pero hay el problema de la comodidad. Tras horas de trabajar así ves muy claro que el cuello se resiente de mirar siempre hacia abajo (se puede arreglar con un elevador), y si hace calor o le metes mucha caña el portátil empieza a ventilar a través del teclado. Recuerdo tener que retirar las manos momentáneamente de mi MacBook Pro en algunos veranos, porque literalmente mis dedos sudaban y se calentaban demasiado. Y yo me paso muchas horas delante de un ordenador, así que la idea se desvanece tal y como vino.

Este ejercicio me hizo ver que tenía que ir a por un sobremesa de nuevo. Aunque fuera un Mac mini, pero tenía que ser un sobremesa. La idea inicial, como he dicho antes, era uno bien cargadito de 27 pulgadas. Pero un ejercicio de humildad me está haciendo ver que no necesito algo tan grande. Una pantalla tan grande sólo me beneficiaría a la hora de tratar digitalmente mis dibujos, y es una actividad que también puedo hacer perfectamente en un panel más pequeño.

Así que tras todas estas comidas de coco estoy esperando a que Apple renueve tanto los iMac como los MacBook Pro para tomar una decisión. Pero probablemente me decida por un iMac de un tamaño humilde con las opciones de configuración no tan humildes. Ya veremos. Que luego este tipo de decisiones se terminan cambiando en el último momento, pero la idea es tomar una que sea mínimamente racional.

(Re-) Bienvenidos

Llevaba ya algunas semanas considerando el reestrenar un blog personal donde recopilar algunas de mis entradas personales, que han estado deambulando por infinidad de servicios (Tumblr, Google Plus, Posterous y Blogger, la decisión de hostearlo en WordPress.com no ha sido fácil ni breve) desde hace más de un año. Echaba de menos esos días en los que mi blog personal era el centro de mi actividad, pero he querido mantener la facilidad de uso y no liarme con hostings, servers, dominios y demás. Así que de ahora en adelante este va a ser mi bitácora donde esporádicamente iré comentando algunas cosillas y listando las colaboraciones que haga.

Tenéis todas las entradas relevantes que estaban desperdigadas desde finales del 2010 ya recopiladas aquí, que también iré completando con algunas secciones más.

Cuatro años para recordar



Llevo dentro de la junta directiva de la Asociación Cultural CampusMac oficialmente desde agosto del 2008, aunque unos meses antes ya me impliqué en los asuntos de la junta a modo de entrenamiento después de que Xavier Pan me propusiera entrar tras confirmarme de que la junta de entonces iba a dejar el cargo tras varios años de servicio en la asociación.


La entrada como miembro de la junta ya fue accidentada de por sí, como la mayoría sabréis. Pero durante cuatro años he trabajado duro con el resto de la junta directiva, y he podido ver cómo la asociación cambiaba algunas de sus bases y su filosofía para intentar mejorar los talleres y el evento anual. Ha habido muchas dificultades, pero humildemente opino que hemos hecho un buen trabajo. Las últimas ediciones de la CampusMac han visto un récord de visitantes en la residencia universitaria Ágora, emplazamiento que ha alojado las CampusMac anuales durante muchos años; y el trato con los que han aportado contenidos al evento ha mejorado tremendamente.


También hemos tenido dificultades, por supuesto: la crisis económica ha hecho mella en la cantidad de socios, las Apple Store han hecho que nos replanteemos la idea de montar unos talleres que se repiten día a día en esas tiendas gratuitamente, y los continuos esfuerzos para encontrar otra ubicación para mejorar la CampusMac y mantener su precio han sido inútiles.


Así, teniendo en cuenta de que la mayoría de socios nos pedían un cambio de ubicación en el evento anual y la junta no ha encontrado un modo de poder conseguirlo sin subir el precio del evento a unos precios imposibles, hemos seguido el plan que empezamos en agosto del año pasado y hemos aceptado proyectos organizados por los socios para celebrar la CampusMac fuera de Barcelona. Ayer, en la asamblea ordinaria de socios de febrero, se aceptó no sólo aprobar el proyecto de celebrar la CampusMac 2012 en La Mollina, sino que también se aceptó un cambio de junta prematuro para agilizar ese proyecto con los votos prácticamente unánimes de los socios que asistieron.


Esto pone punto final a casi cuatro años de estar en la junta directiva, como secretario y como tesorero. De la CampusMac me llevo recuerdos de todo tipo, pero prevalecen por supuesto los buenos. He visto muchos cambios, conocido a mucha gente, contado con la ayuda de Pol Casas, Gabriel Micó, Rafael Vargas, Verónica Yubero, Ariadna Gassó, Francis Zarco, Alex Clavijos, Jose A. Segura, Jaime Eguizábal y Sergio Jaén durante tantos años. Incluso la vida profesional de casi todas esas personas ha cambiado de algún modo con la influencia de la asociación. Se han aprendido muchísimas cosas.


Personalmente, dejo la junta por tiempo. Mi vida profesional sigue como siempre sin cambios, pero cada vez hay más trabajo y el tiempo libre se reduce por momentos. Y cuando no tienes tiempo ni para tus proyectos personales, llega la hora de empezar a hacer una criba.  La asociación me ha visto cambiar en muchos aspectos, aceptándome como un estudiante con ganas de aprender y despidiéndose de mí como un autónomo emancipado que tiene la suerte de sobrevivir en una época pésima a nivel económico trabajando en algo que le gusta enormemente.


Los socios tendréis pronto disponible la información oficial de este cambio de junta, y a partir de ahí empezaremos un proceso de transición de los cargos que será gradual y completamente transparente. Las noticias acerca de la CampusMac 2012 llegarán más tarde, y estoy seguro de que será algo para recordar. Desde luego, la nueva junta tiene todo mi apoyo para poder conseguir el objetivo común de todos: mejorar la CampusMac. En este caso, volviendo a los orígenes.


Sólo me queda agradecer a todas las personas que han pasado por la junta directiva su trabajo, su dedicación y su apoyo para hacer que la CampusMac sigue existiendo. Próxima parada: La Mollina, Málaga.

Farewell, 2011

Si tengo que resumir al máximo este año 2011, creo que lo podría resumir en dos palabras: estabilidad y agradecimiento.

Estabilidad por que sigo teniendo los mismos trabajos como autónomo en Weblogs SL y Microgestió, y porque son trabajos que me encantan. Informar de la actualidad del mundo de internet, el software y en particular de Apple desde primera fila, y observar las reacciones de la gente a través de mis seminarios. Es fantástico salir de cada seminario viendo cómo los alumnos te agradecen tu trabajo. Sabiendo que realmente les has ayudado en algo. Y aunque estemos hablando de horarios a veces caóticos, estamos hablando de algo que me encanta hacer y que gracias al cosmos sigo pudiendo hacer.

Agradecimiento porque no paro de ver cómo el mundo se desmorona a mi alrededor económicamente hablando. Millones de familias en el paro. Crisis. Desahucios. Amigos que se van del país en busca de una vida mejor. Y comprendes, cada vez que abres la puerta de tu casa con la llave, que tienes mucha suerte. Muchísima. Que un año más trabajas en lo que te gusta y ello te permite vivir y ahorrar.

Cosas que recordaré este año, cómo no, serán la muerte de Steve Jobs, las enormes manifestaciones de indignados, mi primera mudanza de un piso a otro, las sesiones del Phenomena y todos esos encuentros inolvidables con los amigos.

¿Deseos para este año que viene? Como mínimo, seguir como estoy. Pero el 2012 ya me ha dado sorpresas: va a empezar con algo muy fuerte y muy prometedor para mí, y voy a ir a por todas.

Un día duro y un momento inolvidable

El día de ayer empezó una hora antes de lo previsto, a las siete de la mañana, por un SMS del maquetador y mago de las interfaes de Youzee Alberto Calvo. Tío, imagino que ya lo sabes, pero Steve Jobs ha muerto. Pues no, no lo sabía. Y en dos minutos ya estaba encendiendo el Mac para ponerme manos a la obra mientras intentaba digerir la noticia. Cuando Chrome mostró mi Gmail lleno de mensajes del grupo de redactores de Applesfera ya vi que la maquinaria se había puesto en marcha.

Ayer fue un día que no esperaba que llegase tan pronto. Ahora entiendo las caras de Tim Cook y los directivos en la keynote del martes, apagadas, tristes, demasiado serias. Sabían que a Jobs no le quedaba mucho tiempo de vida. Pero aún así seguían trabajando. Creía que Steve se había retirado con más margen, pero desgraciadamente tenía razón cuando pensaba que el fundador de Apple iba a salir de la empresa prácticamente con los pies por delante. Simplemente se dió unos pocos días de margen para hacer algunas últimas cosas y estar con su familia.

Tras toda una mañana sin conseguir digerir la noticia, vi que se estaban depositando muestras de afecto por las Apple Store de todo el mundo. Ni corto ni perezoso, cojo un cercanías hacia La Maquinista y acompaño a los del GUM Barcelona a hacer lo mismo. Caras de haber llorado. La manzana de la puerta y el hilo musical de la tienda, apagados. Fotógrafos de la prensa generalista tomando fotos del momento. Ambiente de luto, empleados intentando mantener su sonrisa cordial hacia el cliente, algunos recién contratados esperando a sus formaciones para convertirse en hombres y mujeres con la camiseta azul. Definitivamente, un día raro.

Algunos comemos cerca de la tienda. Más tarde vuelvo a echarle un último vistazo a la ofrenda floral y al ambiente en la Apple Store y vuelvo a casa. Correo de Radio Euskadi: Se nos ha complicado el día, Miguel. Vaya que sí. No pasa mucho rato hasta que charlo con ellos por teléfono acerca de la noticia para un programa que saldrá este domingo. Veo fotos de Jobs por la red y sigo sin creerme que nos haya dejado.

Llega un correo a Applesfera, TV3 quiere que alguien de Applesfera acuda a hablar del tema en el telediario de su canal de noticias. Me ofrezco voluntario y salgo en directo sin creer todavía que estoy alabando la vida de un Jobs que ya no está entre nosotros.

Que la muerte de este personaje haya convertido un día aparentemente normal en un día lleno de viajes, emociones, encuentros con amigos y presencia en los medios ya demuestra lo mucho que ha influenciado Jobs en mi vida. Personal y profesionalmente. Todos sabéis que no soy una persona religiosa y que no creo ni en el más allá ni en seres divinos sobrenaturales, así que no voy a decir que Steve está descansando en paz. Steve no está descansando, ya no está, simplemente ha dejado de existir. Pero la marca que ha dejado en el mundo quedará marcada para siempre. Ese era su objetivo, y lo ha conseguido. Aunque me da mucha pena que no pueda ver algunos de sus planes, como el nuevo Campus de Apple o todo lo que aún no sabemos y ni nos imaginamos.

Voy a recordar multitud de anécdotas y hechos de su vida, pero me voy a quedar con un momento discreto pero para mí inolvidable, algo que me dejó sin palabras. 2007, presentación del iPhone. Steve abre por primera vez la lista de contactos. Va a demostrar cómo podemos desplazarnos por ella. Coge un dedo, lo desliza por la pantalla y la lista reacciona moviéndose en el mismo sentido. El público enloquece. En ese momento, una nueva interfaz táctil acababa de avergonzar a la competencia. Comenzaba una época emocionante. Ese momento, junto con muchos otros, no lo olvidaré jamás.

Ahora empieza una nueva etapa para Apple. La etapa de Tim Cook, que seguirá el camino que ha marcado Jobs. La etapa de más tiendas en España, la etapa de iCloud, la etapa del edificio en forma de anillo en Cupertino. La etapa de un futuro para OS X impredecible. La etapa del auge de la era Post-PC. No os hacéis una idea de las ganas que tengo de presenciar esa etapa.

Mis más sinceras condolencias a Laurenne y a sus hijos, y a todos los compañeros y amigos de Steve así como a todos los que hemos resultado influenciados por él.

Soy como soy gracias a… Carl Sagan (IV)

carl sagan

Toca por fin mencionar a la persona que creo que más me ha influenciado en esta vida. He mencionado a Los Simpsons, a Steve Jobs, a Quino y su Mafalda… pero me falta a uno. No flaqueo en decir que este hombre es para mí la persona que más me ha moldeado, si es que alguien ha conseguido moldearme mientras crecía. Y este hombre es Carl Sagan.

No voy a extenderme con su biografía. Resumiendo, Carl nació en Seattle el año 1934. Fue exobiólogo (exobiología = estudio de la biología extraterrestre), astrónomo y un divulgador científico como pocos. ¿Cómo una persona como esta hizo una huella tan grande en mí como para que se me haga un enorme nudo en el estómago al escribir estas líneas? Fácil. Fue mi padre.

Mi padre, que cuando yo era un chaval en etapa de absorber todo el aprendizaje que me llegaba, empezó a comprarme la saga de documentales Cosmos, realizada por Carl Sagan. Era una época en la que a mí me dió por la astronomía, los planetas, las estrellas y esas cosas, así que supongo que esa saga acabó en mi casa para que yo tuviera más material. Me tragué todos los documentales una vez. Y otra. Y otra. Y otra. Y otra. Durante años, no paraba de verlos una y otra vez hasta el punto de que en mi casa se preocuparon por la integridad de los cabezales del reproductor VHS. Con la edad que tenía sólo me fijaba en las partes en las que salía el universo, las partes filosóficas e históricas me las saltaba.

Pero aún así, con Cosmos aprendí las Supernovas, las vidas de las estrellas, la historia de nuestro sistema solar, cómo la Tierra morirá dentro de 5.000 millones de años y cómo yo lo haría en mucho menos tiempo y cómo era algo natural, la interacción que podríamos tener con otras especies de la galaxia en una alianza… era sumamente interesante. Aún recuerdo algunas frases que en ese entonces me dejaban sin habla: En el universo hay más estrellas que granos de arena en todas las playas del planeta Tierra. ¿Cuesta de intentar imaginarse un número concreto, verdad? Es una buena referencia para pensar en la inmensidad del infinito que aún uso. Después, una secuencia legendaria me dejaba sin habla:

Esos trece documentales, llenos de joyas como esta, marcaron mi infancia. Profundamente. Más tarde, por el motivo que fuera (la edad del pavo, supongo), me alejé de la afición de la astronomía y los VHS de los documentales se quedaron durante años dentro de un armario.

Y luego, en 1996, Carl Sagan murió debido a una neumonía. En ese momento me entristecí, porque era la persona de esos documentales que tanto me gustaron. Pero nada más. Y crecí.

Y llegó un momento, cuando era ya un adolescente con pleno derecho a ver películas de dos rombos, redescubrí esos documentales gracias a internet. Me los bajé a una calidad superior y me percaté de que se habían remasterizado. Y entonces fue cuando me puse a verlos con gran atención, recordando mis interminables horas delante de la tele.

Y ahí ya no me saltaba ninguna parte del documental. Y entonces fue como si Carl me hubiera dado carta blanca para que yo supiera opiniones más complejas: evolución contra la religión, las consecuencias detalladas de un contacto extraterrestre, grandes hazañas de la historia antigua que acabarían desembocando en útiles recursos para los astrónomos… fue como ver algo completamente nuevo. De nuevo, me quedé fascinado. Aquél Carl que me había enseñado tanto sobre las estrellas ahora me educaba a más nivel, diciéndome que era agnóstico, enseñándome filosofía descubierta en la biblioteca de Alejandría, explicándome cómo podríamos percibir la cuarta dimensión.

Fue el segundo descubrimiento de Carl. Se convirtió en mi ídolo. Con el tiempo internet avanzó, y ahora no cuesta mucho encontrar los documentales Cosmos a enteritos en YouTube. Un día, hace pocas semanas, curioseando por el número 13, descubrí que habían añadido algunas cosillas de más con un Carl Sagan algo más avanzado de edad, comentando cómo había avanzado la ciencia desde que se hicieron esos documentales, y cómo la civilización había evolucionado con hitos como la caída del muro de Berlín.

Fue entonces cuando quise buscar en YouTube las noticias de su muerte. Y lo encontré, hace pocas semanas.

Tras estar acostumbrado a verle sano en los documentales, ver a Carl tan debilitado, sin pelo y afectado por la enfermedad me derrumbó moralmente en un segundo. Sin apenas darme cuenta, estaba solo en mi habitación sollozando, derramando lágrimas, por una persona que murió hace ya quince años. Dándome cuenta de lo que había significado esa persona para mí.

Todavía ahora se me empañan los ojos cuando oigo la sintonía de apertura de Cosmos. Esos trece documentales marcan mi forma de entender a la humanidad, al universo, a prácticamente todo. Me han educado más que muchos libros de texto que he usado en la escuela. Y no ha sido hasta hace muy poco tiempo que han empezado a lanzar material en internet en su honor: The Sagan series, una serie de capítulos muy cortos que recogen la esencia de todo lo contado por Carl en Cosmos; y la promesa de una nueva edición de los documentales realizada por Seth McFarlane, el creador de Family Guy.

No os imagináis cuánto admiro a este hombre. No os hacéis una idea. Cualquier otra persona, por muy crack que os diga que sea, es secundaria. Muchas veces me enorgullezco de ver cómo aún se debaten sus estudios y reflexiones.

Soy como soy gracias a… Steve Jobs (III)

steve jobs playmobil

Tercera y creo que penúltima entrada mencionando a las personas que más han influenciado durante mi infancia y adolescencia. Era más o menos obvio que iba a mencionar al CEO de Apple, ¿no? Allá vamos.

Mi recorrido por el mundo de Apple empieza desde que yo era muy joven. Un amigo de mis padres, César, me enseñaba sus ordenadores Mac desde que mi altura me permitía mirar por encima de las mesas agarrándome a ellas. En esa época simplemente sentía curiosidad por ellos porque eran diferentes a lo que todo el mundo tenía, y sobretodo porque se podían hacer cosas asombrosas con ellos. Años antes de que lo viera en un PC, en el Mac de césar pude ver cómo se usaban dos monitores en un mismo ordenador, duplicando el escritorio o extendiéndolo. Me parecía increíble.

A medida que iba creciendo me iba interesando por todas las novedades que hacía Apple, hasta llegar al nivel de fascinación total cuando Steve Jobs (a quien aún no conocía entonces) lanzó la primera generación de iMac. Un amigo mío se compró uno, y aún recuerdo la sensación de ver y tocar un ordenador “perfecto” en comparación con las aparatosas cajas grises que eran los PCs para entonces. Fascinado estaba, vamos.

Fue a partir de ahí cuando empecé a interesarme por los Mac de forma personal, aunque sólo en sus productos. La primera keynote que seguí fue la de iTunes para Windows, que me llevó a adquirir mi primer iPod, que me llevó a adquirir mi primer Mac… y ya sabéis el resto. Fue en esa época, alrededor del 2005/2006, cuando empecé a interesarme por la compañía a nivel de sus directivos, como funcionaba, por qué tenía una comunidad tan pequeña de usuarios pero al mismo tiempo eran tan fieles… fue cuando empecé a ver las keynotes de Steve Jobs y a interesarme por su persona. Y qué queréis que os diga… no es que le adore como a un dios (no creo en estas cosas, ya sabéis), pero pienso que ha estado siempre adelantado a sus homónimos. Lo último fue ya cuando vi el discurso que dio en la Universidad de Stanford. No ha sido la persona que más ha influido en mi vida (llegó un poco tarde para eso), pero simplemente creo que cuando dice algo se limita a decir la verdad en frases tan cortas como sea posible.
Jobs no se molesta en discutir las cosas. Él dice lo que hace falta, sabe que es cierto y ale, que el resto se lo tome como quiera. Los que se lo han tomado a broma han acabado aprendiendo la lección. Y los que han confiado en él han sacado beneficio de alguna forma. Es esa simplicidad en su forma de ser la que me gusta. Puede que Steve tenga el ego por las nubes (o eso dicen, nunca he tenido el placer), pero siempre hemos podido ver en sus entrevistas que en la gran mayoría de casos ha llevado a Apple por el buen camino. En la gran mayoría, cuidado.
Sólo hace falta pasearse por todas las anécdotas que hay en internet de Jobs para que veáis a lo que me refiero. Para todo lo demás, Applesfera ;-)
Guardándome el derecho de acordarme de alguien más, sólo me falta un personaje a mencionar para terminar esta serie. La persona que creo ha sido la que más he admirado en toda mi vida.